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¿Cómo será la “proxima normalidad” en el trabajo? La mirada de empleadores y empleados

Redacción INPRO
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Luego de la pandemia, se acuñó la expresión “nueva normalidad” para llamar al período post pandémico y a las profundas transformaciones sociales que había generado. Ya no nos comunicábamos igual, no nos vinculábamos igual, no pensábamos igual, y por supuesto, no trabajábamos igual.

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Luego de la pandemia, se acuñó la expresión “nueva normalidad” para llamar al período post pandémico y a las profundas transformaciones sociales que había generado. Ya no nos comunicábamos igual, no nos vinculábamos igual, no pensábamos igual, y por supuesto, no trabajábamos igual.

En este sentido, la “nueva normalidad” en las empresas había pasado por la constatación forzosa de que gran parte de los puestos de trabajo podían realizarse, sin ningún inconveniente, de manera remota. El cambio de mentalidad llevó a un cambio de paradigma laboral. Con el tiempo, y ya fuera de peligro alguno, las empresas comenzaron a idear cómo lograr que los empleados volvieran a la presencialidad, aunque sólo fuera bajo modalidades híbridas.

¿Qué es lo que sigue? ¿Hacia dónde se está moviendo el nuevo paradigma laboral? Según una investigación realizada por la consultora EY entre 17.050 empleados y 1.575 empleadores en 25 sectores diferentes de más de 20 países, empleadores y empleados tienen visiones muy distintas sobre lo que será esta “próxima normalidad”.

¿Qué preocupa a empleados y empleadores?

Uno de los puntos en que sus opiniones divergen, tiene que ver con cuáles consideran que son los mayores desafíos laborales de ahora en adelante. Según los resultados de la EY 2023 Work Reimagined Survey, las principales preocupaciones de los empleadores son tres: la atracción y la retención del talento, las habilidades en demanda, y en tercer lugar, los salarios.

Por su parte, los empleados señalan como su mayor preocupación los niveles de compensación y los aumentos, seguidos por la retención del talento y, por último, las estrategias para evitar el burnout y lograr un mayor bienestar en el trabajo, tendencia que va del bienestar físico -con equipamiento ergonómico para oficinas-, hasta psicológico, poniendo en foco la cultura de cada empresa.

Aquellas compañías que busquen abordar estos riesgos, deberán encontrar un equilibrio entre el trabajo híbrido y remoto y el uso inmobiliario; deberán repensar su estrategia de bienestar y desarrollar un plan de formación continua que contemple nuevas tecnologías y habilidades. Ese será el diferencial que logrará atraer y retener a los talentos, el recurso más

Presencialidad: La oficina como “hub” social

Uno de los aspectos que se transformó radicalmente desde la pandemia es la forma en que los equipos interactúan entre sí. A modo de ejemplo, sólo un 49% de los empleados utiliza regularmente la cámara para reuniones virtuales, mientras que en el caso de los empleadores, ese porcentaje asciende a un 72%.

Otro de los grandes cambios de esta nueva era es la forma en que los equipos interactúan con las oficinas físicas. Estas dejaron de ser lugares regulares para el trabajo para convertirse en “hubs” sociales: centros de conexión, formación de equipos y experiencia cultural. Este es uno de los motivos que más citan los empleados para ir a la oficina; la posibilidad de seguir conectados socialmente con sus compañeros es hoy uno de los principales atractivos de la oficina.

Ahora bien, ¿qué sucede con el trabajo híbrido? ¿En qué proporciones prefieren los empleados ir a la oficina y trabajar de forma remota? La encuesta revela que la respuesta a esta pregunta cambia significativamente según la industria, la región, la edad y el género. Las mujeres prefieren en primer lugar el trabajo totalmente remoto (49%) y en segundo lugar, trabajo híbrido (41 %). Por su parte, los hombres no tienen una preferencia tan marcada por una de estas modalidades. Un 42% prefiere el trabajo híbrido (42 %), mientras que un 43% elige el trabajo totalmente remoto (43 %).

En cuanto al corte por industria, los servicios financieros y las industrias de la salud y las ciencias de la vida prefieren el trabajo completamente remoto (52%). Mientras que en el caso de los trabajadores del ámbito del conocimiento —trabajos mayormente realizados en un entorno de oficina profesional— tanto los empleadores (47%) como los empleados (37%) preferirían tener 2 o 3 días de home office a la semana. Sin embargo, si pudieran elegir, la mitad de los empleados encuestados preferiría ir no más de un día a la semana a la oficina y al 34% le gustaría trabajar de manera totalmente remota.

Inteligencia artificial, trabajo y gestión del talento

Pasó de la ciencia ficción a convertirse en uno de los pronósticos más repetidos: “los robots eventualmente harán nuestro trabajo y probablemente antes de lo que pensamos”. Pero ¿es tan así? Los pronósticos parecerían desmentir esta sentencia.

Según un estudio de la firma mundial de consultoría Korn Ferry, que incluye un amplio análisis país por país, el mayor problema no es que los robots estén asumiendo todos los trabajos, sino, por el contrario, que no hay suficientes humanos para realizarlos.

De hecho, el estudio revela que para 2030 habrá una escasez global de talento humano de más de 85 millones de personas, es decir, el equivalente a la población de Alemania. "Los gobiernos y las organizaciones deben hacer de la estrategia de talento una prioridad clave y tomar medidas ahora para educar, capacitar y mejorar las habilidades de su fuerza laboral existente", señala Yannick Binvel, presidente del sector de Mercados Industriales Globales de Korn Ferry.

Empresas centradas en las personas

La “nueva normalidad” del trabajo estará también marcada por un eje que se ha vuelto insoslayable: el bienestar de las personas. Este enfoque, que cada vez tendrá mayor presencia en el ámbito corporativo, implicará hallar soluciones que estén profundamente enfocadas en las necesidades y experiencias de las personas.

Según el informe de EY, aquellas organizaciones que “priorizan a las personas en sus decisiones laborales” reportan haber experimentado resultados notablemente mejores. ¿Cómo las están priorizando? Llevando adelante programas de bienestar tanto físico como mental dentro de las compañías.

En cuanto al bienestar mental, se trata de generar una cultura de la empresa que contemple las necesidades, desafíos y dificultades de sus trabajadores. Desde sistemas de consejería interna, a acuerdos laborales flexibles y talleres integrales, desde yoga a manejo de estrés, pasando por meditación, arte, o masajes, entre otros. La salud mental –y evitar el afamado burnout- ya no está en la periferia, sino en el centro de las estrategias de bienestar, y más aún después de la pandemia.

En cuanto al bienestar físico, la ergonomía cumple un rol fundamental: el mobiliario de oficina debe adaptarse a cada trabajador, y de esta forma, potenciar su experiencia y evitar dolores innecesarios. Además, la oficina debe incentivar el movimiento para luchar contra los efectos nocivos del sedentarismo. Un ejemplo de esta tendencia es el standing desk, cada vez más difundido, que se trata de un escritorio de altura regulable que permite a los usuarios desarrollar sus tareas sentados o parados, al mismo tiempo que elongan, mueven sus extremidades y mejoran su circulación sanguínea.

Años de disrupción, digitalización imparable y avances en IA, han impulsado el fin del statu quo laboral, empujando a las empresas a redefinir sus prioridades. El bienestar físico y mental de los trabajadores, nuevas condiciones y preferencias en la modalidad de trabajo, la capacitación en nuevas habilidades y el fomentar una cultura empresarial basada en las personas, son factores que los líderes deben considerar para llevar a sus organizaciones a su mayor potencial.

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