Trabajar sentados, ¿acorta nuestra vida? Los riesgos del sedentarismo laboral y cómo evitarlos
Una gran parte de nuestro día transcurre sentados: para muchos, al menos ocho horas diarias pasan frente a un escritorio. Otra parte del día se la dedicamos a comer, manejar o descansar en el sillón. Si no realizamos actividad física, y aunque no reparemos en ello, estamos ante un estilo de vida predominantemente sedentario, situación que afecta profundamente a nuestra salud y es causa directa de muchas de nuestras afecciones. La ciencia lo confirma: permanecer sentados durante largos períodos de tiempo tiene consecuencias devastadoras para nuestra salud, incluso si hacemos ejercicio con regularidad. ¿La buena noticia? Hay formas de combatir este mal de nuestra época y una de ellas puede estar justo frente a nuestras pantallas: el mobiliario ergonómico.
Una gran parte de nuestro día transcurre sentados: para muchos, al menos ocho horas diarias pasan frente a un escritorio. Otra parte del día se la dedicamos a comer, manejar o descansar en el sillón. Si no realizamos actividad física, y aunque no reparemos en ello, estamos ante un estilo de vida predominantemente sedentario, situación que afecta profundamente a nuestra salud y es causa directa de muchas de nuestras afecciones. La ciencia lo confirma: permanecer sentados durante largos períodos de tiempo tiene consecuencias devastadoras para nuestra salud, incluso si hacemos ejercicio con regularidad. ¿La buena noticia? Hay formas de combatir este mal de nuestra época y una de ellas puede estar justo frente a nuestras pantallas: el mobiliario ergonómico.
El sedentarismo en cifras alarmantes
En una reciente nota publicada en el diario La Nación, una frase impacta por sobre el resto: “permanecer demasiado tiempo sentado puede acortar la vida”. Dicha afirmación está basada en una amplia evidencia científica. Según un estudio realizado a principios de año, “quienes pasan la mayor parte de su jornada laboral sentados tienen un riesgo 34% mayor de morir de enfermedad cardiovascular…y un riesgo 16% mayor de mortalidad en general”. Además, según señala en la nota Katy Bowman, biomecánica y autora de “My Perfect Movement Plan”, “estar sentado en realidad te hace envejecer más rápido” ya que lo que se entiende como “envejecimiento” está en gran parte asociado a las afecciones de huesos, articulaciones y nivel de energía que genera una vida sentados.
A esto se suman las cifras que aporta la Organización Mundial de la Salud (OMS), que destaca que el sedentarismo es responsable de cerca del 6% de las muertes globales al año, posicionándose como el cuarto factor de riesgo de mortalidad más importante en el mundo.
Mito derribado: el ejercicio no basta
Una de las falsas creencias con respecto al sedentarismo es pensar que una o dos veces de ejercicio semanal pueden romper con una rutina de 8 o 9 horas sentados frente a una pantalla. Sin embargo, las investigaciones desmienten esta idea.
De acuerdo con un reciente informe publicado en The Lancet, no hemos aprendido de la pandemia en lo que refiere al ejercicio como hábito. De hecho, según señalan, desde 2001 “no ha habido mejora en los niveles de actividad física a nivel global”. Es por eso que los investigadores postulan la necesidad urgente de que la población eleve estos niveles de manera constante y como un cambio de vida. ¿Por qué? Porque se ha llegado a la conclusión de que los “deportistas de fin de semana” no son inmunes a los riesgos de trabajar sentados por largos períodos de tiempo.
En otras palabras, aunque es fundamental realizar actividad física para nuestra salud general, esto no llega a compensar los fuertes efectos negativos de estar sentados frente a una pantalla durante largas horas. El motivo radica en cómo nuestro cuerpo procesa esa inactividad prolongada: nuestro metabolismo se ralentiza, nuestros niveles de azúcar en sangre aumentan y se reduce la capacidad del cuerpo para quemar grasa.
Cómo estar sentados afecta a nuestro corazón
Uno de los órganos que más sufre una rutina sedentaria es sin dudas nuestro corazón. Según un estudio citado recientemente por Infobae, pasar demasiado tiempo sentado puede aumentar hasta en un 50% el riesgo de insuficiencia cardíaca.
Esto se debe, en gran parte, a que la falta de movimiento afecta el flujo sanguíneo, lo que promueve la formación de coágulos y aumenta la presión arterial. Además, cuando el cuerpo permanece inmóvil por largos períodos, también disminuye la actividad de las enzimas que descomponen los lípidos, lo que contribuye a la potencial obstrucción de arterias. Esto explica en gran medida por qué la actividad física debe ser un hábito, una conducta diaria, y no, meramente una actividad puntual de un día a la semana.
La solución: movernos más, sentarnos menos
Ante todos estos riesgos y cifras alarmantes, la solución parece ser simple: movernos más. Ahora bien, ¿cómo convertir este mantra en una forma de vida? En la práctica, a veces parece imposible encontrar el tiempo o las herramientas para hacerlo, especialmente en entornos laborales que nos “atan” a una silla. Y es exactamente allí donde entran en escena los muebles ergonómicos, como los standing desks -o escritorios de altura regulable-, que pueden convertirse en aliados centrales.
El poder del movimiento en el trabajo
Los standing desks -cuya altura se amolda a los diferentes usos y usuarios- permiten alternar entre estar sentados y de pie durante nuestra jornada laboral, promoviendo el movimiento constante; de estar sentados a estar parados, de estar quietos a incluir micro movimientos en pies, tobillos y rodillas, de estar con las piernas en la misma posición a balancearnos o marchar en el lugar, este tipo de escritorios incentivan el movimiento.
En numerosos estudios realizados por el Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC) se comprobó que el uso de este tipo de mobiliario tenía efectos positivos en la salud que contrarrestaban los riesgos del trabajo sedentario. En primer lugar, el uso de standing desks reduce significativamente los niveles de glucosa en sangre, especialmente después de las comidas, y disminuye el riesgo de problemas cardiovasculares. Además, quienes alternan trabajo sentados y de pie reportan mayor energía, concentración y productividad.
Un beneficio no menor del uso de los standing desks es la reducción de dolores innecesarios, tanto cervicales, como lumbares, ya que estos logran mejorar la postura. La mala postura es la causante de gran parte de los dolores crónicos de los oficinistas y los standing desks logran romper con este mal hábito. ¿Cómo?
Una de las posturas habituales ante la pantalla es la de “C”, es decir, con la espalda encorvada, los hombros, el cuello y la cabeza hacia adelante. Esto no sólo trae dolores ene l cuello y la columna, sino en las articulaciones, las piernas, la cadera. ¿En qué medida puede ayudarnos entonces un standing desk? En primer lugar, a salir de una posición de “C”: al ponernos de pie alineamos naturalmente nuestra columna en una posición de “S”, involucrando y fortaleciendo los músculos centrales.
Pequeños hábitos, grandes resultados
Ahora bien, adoptar un estilo de trabajo más dinámico y saludable no requiere una transformación radical. Basta con integrar hábitos simples, como:
- Alternar posturas: Cambiar entre estar sentado y de pie cada 30/60 minutos.
- Micropausas activas: Levantarnos para caminar unos minutos cada hora.
- Estiramientos: Realizar ejercicios de estiramiento para aliviar la tensión muscular.
- Mobiliario ergonómico: Invertir en un escritorio de altura regulable o en una silla ergonómica que fomente una buena postura y el movimiento.
Bienestar: una inversión para el futuro
Más allá de los beneficios para la salud que puede traer la implementación de mobiliario ergonómico, esta decisión también impacta positivamente en el bienestar emocional de los equipos. Trabajar en un entorno que promueva el movimiento no sólo reduce el estrés y mejora el estado de ánimo -factores que, a su vez, contribuyen a un mejor rendimiento laboral-, sino que, en un entorno laboral competitivo, es un factor de atracción y retención de talento.
En conclusión, pensar en el bienestar y en potenciar el movimiento en el trabajo es una necesidad en un mundo donde el trabajo sedentario está poniendo en riesgo nuestra salud. Si queremos garantizar una vida laboral larga y saludable, es hora de replantearnos cómo y dónde trabajamos. Tal vez el primer paso sea levantarnos de nuestras sillas.
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